jueves, 26 de abril de 2012

MI PRIMERA LIGA INTER-ESCUELAS EN CAMPILLOS

Fin de semana aventurero en el Campeonato de la Liga Inter-Escuelas del Karting de Campillos, Málaga.
Inicialmente, yo, no había hecho planes para asistir a la segunda ronda de la Liga Inter-Escuelas de este año pero, mi hijo Eduardo y su compañero, Chema (directores de la Escuela Lorenzo Competición Pontevedra), me animaron a acompañarles.
La experiencia se presentaba dura de viaje, por la cantidad de kilómetros a recorrer en poco tiempo, sobre todo para ellos, que acababan de llegar de Vigo, pero, nada mas comer y para evitar atascos de salida de Madrid (que no lo pudimos evitar y tardamos más de una hora en coger la autovía de Andalucía), nos pusimos en camino.
Recta de tribuna, Karting Campillos
Cuando salimos de Madrid eran las 15,15 y, nuestra llegada, al Hotel La Sierra, en Antequera, la hicimos a las 20,30.

Eduardo y Chema, junto a los hermanos Juan y Pepe

Estando esperando en recepción, apareció el Equipo de la Escuela Lorenzo Competición Toledo, que ignorábamos que se alojaban en nuestro mismo hotel.
Componentes de las Escuelas Lorenzo Competición
Toledo y Pontevedra
Tras inscribirnos y recoger las llaves de las habitaciones, subimos a las mismas y quedamos emplazados en vernos, en el bar, a los diez minutos.
Chicho Lorenzo explicando y danto instrucciones
a los jóvenes pilotos de como deben comportarse en pista
Y así fue, diez minutos más tarde, nos encontrábamos los tres en el bar, para cenar pero, resulta que, mi hijo, a través de internet, había quedado con un amigo del “foro de moteros”, que casualmente se encontraba por la zona y, para este grupo de aficionados a las motos y de este foro en particular, la amistad está por encima de 
todo y, si se encuentran cercanos, es “de 
obligado cumplimiento” el verse y tomar unas birras juntos. (Lo de tomar unas birras es por decir algo, ya que, Juan y su hermano, solo tomaron refrescos y agua)
 
 
Tengo que decir que, ni mi hijo conocía a Juan (el motero) ni Juan conocía a mi hijo (de eso me enteré después).
No tardaron mucho en llegar Juan y su hermano Pepe, acabábamos de pedir en la barra cuando aparecieron dos “calvorotas”, uno grandote y fuertote y, el otro, su hermano, mas menudito pero, ambos, la mar de simpáticos. (Las únicas fotos que hicimos, han salido pésimas, pero, como noa hay otras, las publico)
 
 
Quiero que sepáis que, cuando llegaron, pasaron a nuestro lado y, ni media palabra (claro no se conocían) pero, no habían  
pasado veinte segundos, cuando nos estábamos saludando (no sé como pudieron reconocerse tan rápido).
 
 
Tras ingerir una cerveza, decidimos sentarnos a cenar y, tras la cena, una agradable sobre-mesa, que duró hasta casi la una de la madrugada, donde, nos pudimos conocer un poco más y, comentando anécdotas de todo tipo, las risas y, a veces, risotadas, no faltaron durante todo el tiempo.
 
 
La gran sorpresa nos la dieron al ir a pagar…… ¡¡¡Estaba pagado!!! ¡¡¡Pero, como, quién!!! Pues sí, señores, Juan, este motero catalán, con ascendencia andaluza, no estaba dispuesto a que, en la tierra de sus padres (su segunda tierra decía él) pagáramos nosotros y, para evitar “peleas” de última hora, nos hizo el “truco del almendruco”, es decir, se levantó al aseo y aprovechó para liquidar la cuenta. Desde aquí, una vez más, Juan, ¡¡¡Gracias!!! Espero poder tener un detalle de reciprocidad contigo en el futuro.
 
 
Una vez que, Juan y su hermano, se marcharon, después de más de diez despedidas, con diez apretones de manos y diez abrazos afectuosos, intentamos retirarnos a nuestras habitaciones pero, la aventura de ese día/noche, no había terminado todavía.

Carlos, de Lorenzo Competición Toledo, en plena faena
En efecto, al volver a entrar por el bar, para ir a las habitaciones, nos encontramos, de golpe, con el Equipo de la Escuela Lorenzo Competición Toledo (José Adán, Director de la Escuela, los monitores, Juan Carlos y Oscar, y el padre de un piloto, Carlos) que tambien se retiraban a descansar, cansados del viaje pero, claro está, entre presentaciones, comentarios, y previsiones para el día siguiente, nos dieron las dos de la madrugada, hora en que nos fuimos a dormir ya que, al día siguiente, nosotros, nos levantábamos a las siete pero, ellos, a las seis y media.

Y amaneció el sábado, un poco fresco, y con una gran trinada de pájaros en el árbol que había junto a la ventana de mi habitación.
Mecánico comprobando una Kawa
Desayunamos, impacientes por llegar al Karting, en el bar del hotel y, disparados, salimos para el Circuito.

A nuestra llegada al Karting de Campillos, serían las 8 de la mañana, había un gran tumulto entre los diferentes stand, de las diferentes escuelas que competían:
Mecánicos poniendo a punto las motos de sus pilotos, madres y padres ayudando a sus hijos, charlas y coloquios de monitores a sus alumnos y un ir y venir de personas de todo tipo.
Todo muy animado, muy fiestero y, hay que decirlo, muy bien organizado y controlado.
Los mecánicos tuvieron trabajo desde primeras
 horas de la mañana
Llegamos a tiempo para estar presentes en el Breafing, obligatorio para todos los pilotos y era asombroso ver a niños tan pequeños, tan atentos y concentrados en las explicaciones que les daban Chicho Lorenzo y Miguel Carranza (Director del Karting de Campillos-Málaga) como algunos de los monitores.
A mí, tras presentarme a David Domínguez García, Director de Motos Doga y Organizador del evento, me proporcionó el pase que me permitió “zascandilear” por todos los rincones del Circuito y tomar todas las fotos que quise (el problema viene ahora, a la hora de seleccionar las que hay que publicar)
Las motos son tan pequeñas que, para comprobarlas, si no
se tiene "borriqueta", hay que inclinarse
Jamás había estado en un evento de estas características y, sinceramente, me ha enganchado. Nunca he sido aficionado a las motos pero, esto es diferente, ver a niños tan pequeños, tan ilusionados, tan espabilados y tan dispuestos a luchar por un buen puesto en la parrilla de salida, o aunque solo sea participar, con esas miradas de “persona mayor”, por la responsabilidad de la competición, en esas caritas que denotan inocencia, vida y ganas de vivir, alegría y un largo etc. de adjetivos, llena de entusiasmo a cualquiera que los vea, y surge la afición.

Después del Breafing, vinieron las primeras salidas. ¡¡¡¡Había que verlos sobre sus motos!!! Impacientes, para que llegara el momento de arrancarlas y comenzar a rodar.
En todos los stand, los mecánicos, incesantes
Las pruebas fueron:
  • Entrenamientos Libres
  • Entrenamientos cronometrados, para la Pole
  • Manga de carrera de siete vueltas al circuito
Las categorías que competían:
  • Mini-moto 4,2
  • Mini-moto 6,2
  • Kawasaki 65 cc.
  • Kawasaki 85 cc
  • Vista de algunos de los stand de las Escuelas que competían
    Y 11 eran las Escuelas de pilotos que competían en ese día, correspondientes a:
  • Lorenzo Competición
  • Motos Doga
  • KSB

  • Tengo que reconocer que quedé asombrado de la pericia de estos jóvenes pilotos compitiendo. Pericia que, no es innata en ellos, ya que, para el arte de pilotar una moto no se nace, creo yo, se hace y se consigue a través de las instrucciones de los diferentes monitores y directores de escuelas de pilotos, de mucha práctica y, naturalmente, de la destreza, picardía, ésta, si innata, en cada piloto, afán de lucha, afán de competitividad y un largo etc. 
Una madre acompaña a su retoño, a la espera del Breafing
Ver a criaturas tan pequeñas, a bordo de sus motos, adelantando, tanto en recta como en curva y llevando a cabo trazados dignos de un “Jorge Lorenzo o un Dani Pedrosa”, (por nombrar a algún piloto de renombre mundial), es interesante de ver y hace afición.

No se les ve ningún temor al afrontar velocidad  (las Kawasaki 65 y 85, ya zumban bien), ni como cogían las trazadas tan correctamente, esas inclinaciones en curvas, que parecía que se iban a chocar con el suelo. Las posturas en las motos, para coger mejor aerodinámica y penetrar el aire como balas. Las posturas al enfrentar las curvas, iniciando la frenada, la colocación del cuerpo y su inclinación, para poderla pasar a la mayor velocidad posible y, de nuevo, a la salida de esa curva, oír cómo suena su moto cuando abre el gas a tope y cambia de marcha.
A la espera del Breafing. Hacía un poquito de frio
a primera hora de la mañana
¿Qué diferencia existe con sus mayores del C.E.V. o de G.P.?, sinceramente, viéndoles competir, NINGUNA.
No quiero olvidarme de los padres y madres de esos niños/piloto, supongo que, todos, aficionados al motociclismo. Con qué entusiasmo, acompañan y atienden a sus retoños, indescriptible. Se les ve llenos de amor, energía, ilusión, orgullo y un sinfín de sensaciones más.
Disfrutan tanto o más que sus hijos y, tengo que reconocer que, esa sensación que se siente al pasear por el Paddock, entre stands, monitores, mecánicos, padres de niños-piloto, mas la competición en sí misma, es lo que me ha enganchado  y poder ver y opinar, de este mundo de la competición motociclista, desde otra perspectiva.

En el Breafing, los pilotos atentos a las instrucciones
El haber podido estar a pié de pista, junto a las curvas y/o a final de rectas, para poder hacer fotos a estos chavalotes de pocos años, es una auténtica gozada que espero poder disfrutar en más ocasiones.
Sobre las doce de la mañana, cuando aún no habían comenzado las mangas, el Karting se encontraba bastante animado de público y, paulatinamente, fue llegando gente para animar a estos jóvenes pilotos y, a la hora de la comida, se hacía difícil conseguir ser atendido en el bar del circuito.
Aunque se lo dije a ellos personalmente, también, desde aquí, quiero felicitar a los organizadores del evento, Motos Doga y su director, David Domínguez García. A Miguel Carranza, director del Karting de Campillos y sus colaboradores, que consiguieron que, todas las competiciones se llevaran a efecto en los tiempos previstos, cosa nada fácil cuando se trata con niños, aunque estos niños sean especiales.
Eduardo y Chema, junto a Javier, Reportero de MiniMotos
Y, naturalmente, quiero felicitar a Chicho Lorenzo, por su gran labor y la que continúa haciendo, para conseguir llevar, a todas las provincias de España,  una escuela de aprendizaje, para que, aquellos niños que lo deseen, puedan aprender y participar en este hermoso mundo del motociclismo, a un precio asequible a todos los bolsillos.
Miguel Carranza, Director del Karting de Campillos
Tampoco quiero olvidarme de Kike Bañuls, Director de las escuelas KSB que, junto a  Chicho Lorenzo, es un gran promotor de este deporte y mantiene viva la Competición de LIGA INTERESCUELAS.

Redactado por Edutoma para Escuela Lorenzo Competición Pontevedra.



SERIE DE FOTOGRAFIAS DEL EVENTO






























 


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